PM en llamas (pero sereno)

 

Cómo liderar cuando todo arde y te exigen mantener la calma

 

¿Alguna vez te sentiste en llamas, pero sonriendo por fuera?

 

Plazos que se escapan, costos que se disparan, equipos que pierden el foco...Y vos ahí, al frente, respirando hondo, con cara de tranquilidad mientras por dentro todo se incendia.

 

Yo sí. Recuerdo un proyecto donde la puesta en producción falló: el servidor colapsó, las pruebas se caían, los accesos no funcionaban. Todo al borde del desastre.

 

¿Qué hicimos? Parar. Respirar. Aclarar las ideas. Activar el plan B.

 

Porque sí, los proyectos se desvían.

Y no, no sos un héroe solitario.

Liderar no es evitar la tormenta, es saber navegarla con cabeza fría y corazón firme.

 

Según el PMI, el 49% de los proyectos fracasan por una gestión deficiente del cambio y de los riesgos.

La frustración no es un error: es una señal. Y tú reacción ante ella puede salvar o hundir el proyecto.

 

5 técnicas para no naufragar cuando todo arde

 

Desde mi experiencia, estas son las herramientas que me han salvado del colapso más de una vez:

 

1. Aclarar la mente: la pausa es poder

Cuando todo grita caos, lo más sabio es no reaccionar enseguida.Respirá. Literalmente. Alejate del teclado, da una vuelta, tomá agua.Una mente en modo pánico no puede tomar buenas decisiones.

 

“Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio reside nuestra libertad de elegir nuestra respuesta.” — Viktor Frankl

 

2. Detectá la chispa, no solo apagues el incendio

No basta con apagar fuegos. Tenés que entender qué los provocó.

Pregúntate:

 

  • ¿Qué originó este problema?
  • ¿Qué señales ignoramos?
  • ¿Qué haría distinto si esto volviera a pasar?

 

Convertí cada crisis en una autopsia sin culpa. Eso es inteligencia de proyecto.

 

3. No te lo cargues solo: involucrá al equipo

Cuando todo se tuerce, el instinto es intentar salvarlo solo. Error.La solución está en la mesa del equipo.Reunilos, escuchalos, preguntales.

La colaboración no solo resuelve, también fortalece.

 

El liderazgo moderno no es cargar con todo, es crear redes que sostengan.

 

4. Reorganizá con estrategia, no con desesperación

Un desvío no significa fracaso.

Pero insistir con lo mismo como si nada estuviera pasando… sí.

Hacé una pausa. Reordená prioridades. Renegociá si hace falta.

 

Adaptarse no es rendirse, es evolucionar.

El plan B también puede ser brillante.

 

5. No cierres la herida sin entenderla

Cuando pase la tormenta, no sigas como si nada.

Hacé un cierre consciente:

 

  • ¿Qué aprendimos?
  • ¿Cómo lo documentamos?
  • ¿Cómo evitamos que se repita?

 

Cada desviación puede ser un masterclass, si te animás a verla con humildad.

Tu yo futuro te lo va a agradecer.

 

Frustrarse es humano.

Transformar esa emoción en claridad, acción y liderazgo… eso es lo que te convierte en un verdadero Project Manager.

Porque no todo va a salir como lo planeaste.

Y está bien.

El verdadero liderazgo no es hacer que todo funcione…

Es mantenerte firme cuando nada lo hace.

 

¿Y vos?

¿Cómo manejás la frustración cuando el proyecto se sale del guión?

Compartí tu historia. Entre PMs, también se aprende con cicatrices compartidas.

 

 Nicole Marín, Project Assistant | Blog Centro de Control

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