Jugando con Riesgo: la estrategia de un proyecto audaz
Desde niña, Michelle encontraba patrones en el caos, hoy los transforma en decisiones estratégicas. siempre había disfrutado los desafíos. Desde pequeña, tenía una habilidad especial para ver patrones donde otros solo veían caos. Quizás por eso había elegido dedicarse a la gestión de riesgos. Pero nada la había preparado para lo que estaba a punto de enfrentar.
Todo comenzó con un correo electrónico. La junta directiva había decidido apostar por una nueva línea de negocio y necesitaban su evaluación. El proyecto era ambicioso: prometía retornos elevados, pero también implicaba riesgos significativos. Con una taza de café en la mano y su libreta llena de anotaciones, Michelle supo de inmediato que no estaba frente a un análisis cualquiera.
Comprender el negocio: la primera pieza del rompecabezas
Michelle pasó los siguientes días inmersa en reuniones con líderes de diferentes áreas. “¿Qué pasa si esta variable cambia drásticamente en el mercado? ¿Estamos listos?”, preguntó con agudeza durante una reunión con Operaciones. Necesitaba entender cada engranaje del negocio antes de hacer cualquier recomendación. No se trataba solo de números, sino de identificar interacciones clave y posibles puntos de quiebre.
El marco regulatorio: las reglas del juego
Cada oportunidad viene acompañada de un conjunto de restricciones. Michelle se sumergió en leyes, normativas internacionales y políticas internas, buscando los límites que no podían ser ignorados. En ese proceso descubrió una nueva regulación internacional que, si no se consideraba a tiempo, podría alterar por completo la estrategia tributaria del proyecto. Sabía que un descuido en esta fase podría costar millones a la empresa en sanciones o litigios. Como Risk Manager, su misión no era frenar el avance, sino trazar el camino más seguro y viable para seguir adelante.
Habilidades de liderazgo: convenciendo a la junta
El día de la presentación llegó. Michelle sabía que no bastaba con mostrar números y gráficos, debía contar una historia convincente. Con confianza, explicó los riesgos y beneficios, proponiendo estrategias para mitigarlos. Comenzó la presentación con una analogía: “Lanzarse sin paracaídas puede parecer emocionante… hasta que toca aterrizar”. Eso captó la atención al instante. Su capacidad de comunicación y liderazgo transformó la discusión de una posible cancelación del proyecto a una estrategia bien estructurada con controles adecuados.
Finanzas y matemáticas: tomando decisiones informadas
Uno de los mayores desafíos fue evaluar la viabilidad financiera del proyecto. Michelle aplicó simulaciones de Monte Carlo, árboles de decisión y modelos de puntuación de riesgos para obtener una visión más precisa del panorama. Gracias a Monte Carlo, la junta visualizó escenarios optimistas, conservadores y críticos, facilitando decisiones más conscientes del riesgo real. Su análisis detallado permitió a la junta ver el riesgo, pero también reveló el potencial de éxito sustentado en datos sólidos.
Psicología del comportamiento: más allá de los números
Michelle sabía que los riesgos no solo eran técnicos, sino también humanos. Identificó una tendencia de sesgo de confirmación entre los directores más optimistas. Para contrarrestarlo, presentó escenarios alternativos con datos imparciales, reduciendo el impacto de la sobre confianza y la aversión al riesgo.
Teoría y práctica: Uniendo el conocimiento con la realidad
A lo largo del proceso, Michelle recurrió a marcos teóricos como la teoría de juegos y la probabilidad. Aunque el análisis sugería una estrategia conservadora, su experiencia le reveló una oportunidad oculta en una alianza comercial que otros habían pasado por alto. Pero más allá de los cálculos, fue su instinto y experiencia lo que marcó la diferencia para dar con la mejor solución.
Un Risk Manager excepcional
Finalmente, la junta aprobó el proyecto, incorporando las medidas de mitigación clave que Michelle había propuesto. No se trataba solo de anticipar riesgos, sino de diseñar y ofrecer rutas posibles, con paso firme y visón estratégica. Esa era la verdadera esencia de su trabajo.
Cuando Michelle salió de la sala de juntas, respiró profundamente. Sabía que había hecho la diferencia. No solo evitó una crisis: construyó una oportunidad. Eso no lo hace cualquiera. Eso es lo que hace un Risk Manager con visión. Porque un Risk Manager excepcional va más allá de entender datos. Es tener la capacidad de conectar las piezas del rompecabezas para guiar a la empresa en un mundo lleno de incertidumbre.
Y tú, ¿qué harías en el lugar de Michelle?
Yendry Sánchez Méndez
PMO Manager, CreditForce.
